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Arquitectos: Catalina Poblete, Guillermo Hevia García
- Área: 400 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Nicolás Saieh
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En los múltiples recorridos que hemos realizado por el lago Ranco durante los últimos años, siempre nos ha llamado la atención un galpón de mediados del siglo XX que se encuentra en el acceso norte del pueblo de Futrono y que tiene un sistema estructural en base a pilares, puntales y vigas.
El clima es un factor fundamental para el diseño y el patio no es solo un elemento que construye nuevas relaciones con el contexto sino, sobre todo, un dispositivo climático que permite transformar el clima en el centro del proyecto, y que permite a la luz solar penetrar en todos los espacios, considerando que el proyecto se encuentra 1.000 km al sur de Santiago en un clima temperado oceánico donde llueven alrededor de 1.800 mm al año. Esto hace que la luz solar directa sea muy deseada tanto en invierno como en verano.
El patio transforma el clima en el concepto central de la casa. El programa se ordena en torno a una única circulación alrededor de este patio, lo que permite introducir un movimiento continuo en torno a una sucesión de espacios públicos y privados.
Los recintos interiores se configuran a partir de la repetición de una única sección estructural y un sistema de medidas arbitrario, donde el material actúa como el elemento unificador. La repetición permite lograr la variación programática y espacial, logrando configurar distintos tipos de recintos en base a pequeñas operaciones y necesidades específicas.
El patio permite generar dobles orientaciones que aseguran que siempre una cara esté expuesta al sol y se pueda ventilar de manera cruzada. Los cuatro u ocho lados de la casa son una declaración contra el lugar común que implica “volcarse hacia la vista” y entender que la dimensión del lugar es multiescalar y multidireccional, en otras palabras, que el lago es tan importante como las montañas, los bosques de arrayanes o los arbustos, hierbas y nalcas que crecen en el suelo.
El patio también permite que las especies nativas y los animales que viven en el sitio se puedan mover como si la casa no existiera, reduciendo los apoyos a una serie de puntos, además de aislar el interior del suelo húmedo.
El proyecto establece un diálogo directo con el Galpón Klenner, con sus aspectos constructivos y estructurales, pero sobre todo con sus protocolos y estrategias de diseño. Esta decisión estructural permitió construir la casa en menos de un año, y permitió trabajar todos los días durante la estación lluviosa, sobre todo en las instalaciones, los interiores y las terminaciones.
El exoesqueleto estructura tanto la casa como el programa, y la separa del suelo, siendo simultáneamente una estrategia constructiva, climática y económica, al reducir los costos de mantenimiento futuros asociados a la construcción con madera.